Pero, ¿está tu ERP, CRM, B.I , sistemas de RR.HH., hojas de cálculo… a la altura?

En la mayoría de los casos no. Es prácticamente imposible usando tecnologías del Siglo XX. No han sido pensadas para ello. Planes a 5 años nos daban entonces una sensación de falso control que es hoy imposible de conseguir en un mundo tan cambiante.

En UGROUND nos ha llevado apenas un par de horas tener todos los recursos de soporte y los sistemas de clientes resueltos para que todos nuestros empleados puedan trabajar online desde casa.

Todos los empleados pueden tele trabajar y atender a clientes, con acceso a todos los sistemas, sin salir de sus casas y dando a la empresa control sobre lo que están haciendo. Algo que solo se puede hacer bien con tecnología no-code de este siglo.

En este tipo de circunstancias extremas es cuando se entiende la diferencia real entre sistemas, evolucionados desde el Siglo XX, a soluciones completas del Siglo XXI.

Todos esperamos que la alarma del CORONA Virus (COVID-19) se pueda superar pronto, antes de que convierta en una pandemia mundial, que se lleve al traste el poco crecimiento que tenían las economías mundiales.

Mantenemos las políticas secuenciales del Siglo XX en un entorno, el Siglo XXI, que tiene un crecimiento exponencial y eso hace que nunca estemos preparados para situaciones que no estaban previstas en nuestra vieja hoja de ruta.

El Siglo XXI, global y exponencial, requiere una rápida gestión de cualquier caos que surja de una pandemia o de cualquier Cisne Negro. Nuestros sistemas deben ser capaces de reacciones rápidas, a ser posible en horas, y reinventarse alrededor de nuevas necesidades surgidas de un nuevo entorno caótico imprevisto.

Es casi imposible, por lo lento, poco fiable y caro, llevar a cabo políticas modernas de gestión empresarial basándonos en sistemas programados línea a línea o mejoras soportadas en código que, una vez más, añade complicaciones a la hora de reaccionar rápidamente y a las necesidades de gestar nuevos modelos de negocio de manera rápida y segura.

La ingeniería semántica nos ayuda a concebir sistemas muy complejos de rápida implementación y flexibilidad total.