Covid19: ¿un problema de sanidad o de salud pública? por Alfonso Díez Rubio

04/04/20

Hace unos días mi buen amigo y admirado colega Angel Ybañez me iluminó el problema de la epidemia en España desde un ángulo distinto: COVID19 NO ES UN PROBLEMA SANITARIO, SINO DE SALUD PÚBLICA. El ejemplo que me puso Ángel es esclarecedor: si en tu pueblo tienes un problema de calidad de agua, que enferma a los habitantes, no llamas a un médico, sino que buscas a un ingeniero para hacer depuradoras o canalizaciones. Si llamas a un médico es un problema Sanitario, en otro caso es de Salud Pública.

La diferencia puede parecer liviana en términos semánticos, pero establece dos categorías totalmente separadas: si abordamos el problema como Sanitario conseguimos un sistema sanitario colapsado (situación actual). Si lo abordamos como Salud Pública, será un reto de la sociedad en su conjunto, holístico y multidisciplinar. Eso es lo que han hecho los países asiáticos con el COVID19, y les ha ido muy bien. No lo han hecho por casualidad, sino porque tenían la experiencia del SARS de 2003, y ya sabían cómo actuar. Si estudiamos la comparativa de las imágenes más abajo veremos que las curvas de Asia y de Occidente son estructuralmente distintas. Las pendientes asiáticas son menores y consiguen aplanar la curva de contagios con rapidez. Algo similar pasa en el norte y este de Europa. España está remarcada en un círculo rojo.


Se está echando la culpa a la desinversión en el sector hospitalario durante la crisis del 2008. La verdad es que nadie puede diseñar un sistema hospitalario para un Cisne Negro (en la terminología de Nassim Taleb); es imposible. Es por eso que debemos aproximar el problema desde un foco no únicamente hospitalario sobre más ejes de actuación:

La epidemia es el problema. El problema no es el virus, es la epidemia, que tiene una distribución exponencial. Intentar curar el virus sin atajar la epidemia es irracional. La medida que se ha tomado hasta ahora es la del confinamiento, lo que era correcto dada la explosión de casos. Sin embargo, esta medida no impide que el riesgo siga vigente hasta que tengamos vacunas en 2021. ¿Hay alguna estrategia planteada más allá de estar encerrados? Hasta donde sé, ninguna.

La solución es Multidisciplinar. Para atacar la epidemia necesitamos personal sanitario, claro está, y además matemáticos, logistas, expertos en compras y distribución, ingenieros y constructores, fuerzas del orden, funcionarios, comunicadores, legisladores y otras profesiones. Los mejores profesionales y científicos luchando una batalla contra una epidemia, ayudados por funcionarios y políticos para hacer viables sus medidas. La construcción del Hospital de IFEMA es un ejemplo de esta solución.

Sin Tecnología no ganaremos. No pensemos que podemos atacar la epidemia sin tecnología. Las estrategias viables necesitan un control muy granular de la población (de cada ciudadano en definitiva) en tiempo real: los puntos calientes, las personas frágiles, el tracking de contactos personales, los recursos sanitarios y logísticos, los medios de protección, y mil otras cosas. No vale dejar todo esto fragmentado en organismos, aplicaciones informáticas variadas y manualidades diversas. Una alta digitalización es vital para ganar la batalla.

El tiempo es la clave. Cuando nos enfrentamos a una epidemia el tiempo es un arma nuclear porque el virus se mueve con dinámica exponencial. Perder semanas o días es condenarse a prolongar la pesadilla mucho tiempo, y a que mucha más gente muera. Hay que tener la iniciativa sobre la epidemia.

El Ámbito es Global. Aunque pese, el virus no sabe de fronteras. Toda la nación tiene que ir junta en esto. Y cuando digo nación en este caso quisiera decir Europa, aunque quienes nos ayudan y nos enseñan son de todo el mundo. Esta es una crisis global.

El confinamiento no se puede prolongar demasiado por motivos sociales y económicos que expuse en otro artículo (1). Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que vamos a estar muchos meses (un año?) con confinamientos selectivos, cuarentenas, poblaciones de riesgo y muertes. Hacer esto viable en términos sociales y económicos es el reto que tenemos delante. Los sanitarios han hecho una labor impagable, heroica, y no podemos ni debemos pedirles mucho más. Ahora somos el resto de nosotros quienes tenemos que dar el paso al frente, con nuevas armas y organización. Frenar la epidemia y vencer al virus es una tarea de toda la sociedad, transversal y colectiva, que requiere de un liderazgo fuerte y profesional, y un desapego de los intereses políticos y regionales.

Se dice que doblegar la curva es el éxito, y no es cierto. Eso solo es el primer paso que tenemos que dar, pero el resto del camino no lo hemos trazado en España, y no podemos esperar más a hacerlo. Nos va todo en ello.

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